Como cada año, la Red de Emprendedores de Desarrollo de Aspen (ANDE), elabora un reporte con el propósito de evaluar el status de inversión de impacto social y ambiental en cada país, a fin de ver sus desafíos y oportunidades de crecimiento.
En esta última edición, destacó las tendencias de inversión de impacto en LATAM e hizo un recuento de los países que vienen apostando por esto y detectó que Perú ocupa el cuarto lugar y previo se encuentran Brasil, México y Colombia.
Asimismo, los inversionistas de impacto en América Latina continúan confiando en las estructuras de financiamiento tradicionales, y la gran mayoría utiliza deuda o capital. Solo el 5% de las transacciones y el 2% del capital se utilizó instrumentos de cuasicapital. Hay un monto de capital significativo destinado a inversiones más pequeñas y la mayoría de las inversiones en fueron por menos de USD $500,00.
Se podría creer que en nuestro país no estamos familiarizados con este término, sin embargo, organizaciones como la catalizadora internacional NESsT, vienen aplicándolo desde el 2013.
Ellos apoyan a emprendedores sociales y ambientales mediante financiamiento de capital paciente y con bajos intereses, capacitaciones y sobre todo acompañamiento constante para una mejor toma de decisiones. Esto se mide de dos formas, bajo el retorno mínimo de la inversión y con resultados positivos que generan en el sector. Todo este proceso se conoce como “Inversión de Impacto”.
Se sumaron más actores a la inversión de impacto:
El emprendimiento social y de impacto ambiental viene creciendo y es así que más aliados se sumaron para ver cómo se encontraba posicionado, junto a sus desafíos y oportunidades. Es así que NESsT, Aporta (Laboratorio de Innovación Social del Grupo Breca), Kunan, Helvetas Perú y COFIDE realizaron el Primer Reporte de Inversión de Impacto en Perú.
Aquí detectaron que la inversión de impacto en Perú hacia emprendedores sociales y ambientales viene de inversionistas institucionales, fondos públicos, inversiones ángeles, corporaciones, amigos, familia, etc, a cambio de un retorno financiero mínimo, y principalmente que tenga impacto ambiental y social, estos tres factores son sus lineamientos de medición.
Asimismo, no se debe confundir a la filantropía con inversión de impacto, ya que la primera no es medible y no espera un retorno a cambio.