El Reporte del Índice de Desarrollo Humano Distrital (IDH), elaborado por el Observatorio de Políticas y Gestión Pública de la Escuela de Gestión Pública de la UP, es un aporte para elaborar políticas públicas basadas en evidencia
El Observatorio de Políticas y Gestión Pública de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico publicó el Reporte del Índice de Desarrollo Humano Distrital (IDH) del Perú 2019, el cual evidencia la dispersión del desarrollo humano en los 1874 distritos del país, así como determinadas tendencias de acuerdo con el territorio que ocupan los distritos.
Dicho reporte muestra un importante diagnóstico sobre el capital humano a nivel distrital. Además, brinda un análisis amplio desde diferentes perspectivas, como a nivel de zonas geográficas y macrorregiones. En ese sentido, constituye una importante contribución para elaborar políticas públicas basadas en evidencia.
Según el reporte, los diez distritos con mejor IDH ―conformado por los componentes de esperanza de vida, nivel de educación y nivel de vida digna― pertenecen a la provincia de Lima y a la costa centro. La Molina es el distrito con más alto nivel de IDH, seguido de Lince, Jesús María, Magdalena del Mar, Pueblo Libre, entre otros.
En el otro extremo, los diez últimos distritos del ranking están concentrados en la sierra. El de más bajo nivel de IDH es Lagunas (Piura), seguido de Chetilla (Cajamarca) y Curgos (La Libertad), ubicados en la sierra norte.
En esa misma línea de análisis, el reporte destaca que el 39 % del total de distritos del Perú está por debajo del puntaje promedio de los países del grupo de desarrollo humano bajo del PNUD, incluso detrás del puntaje promedio de países de África Subsahariana, el más bajo de las regiones en el mundo.
Componentes clave del desarrollo humano
Respecto a la esperanza de vida ―uno de los componentes del IDH―, el reporte muestra una brecha bastante amplia entre los distritos que están en el límite inferior y superior. Por ejemplo, en los distritos de El Oro y Pachaconas, ambos del departamento de Apurímac, la esperanza de vida se extiende desde los 50 y 52 años, respectivamente; mientras que en nueve distritos arequipeños de la costa sur y, de manera particular, en Shilla (Ancash) la esperanza de vida llega hasta los 85 años.
“Cabe resaltar que los mayores niveles de esperanza de vida se concentran en la costa centro, particularmente en el departamento de Lima, donde la esperanza de vida va entre un rango de 68 a 84 años, mientras que en las otras zonas geográficas o macroregiones la dispersión es mayor”.
Alexandra Ames, jefa del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad del Pacífico.
El nivel de educación también es una dimensión importante en la medición del desarrollo humano. En ese aspecto, la brecha entre los primeros y últimos distritos en el ranking es igual de alarmante. Solo basta detenerse en los distritos con menor nivel de educación como Balsapuerto y Cahuapanas, del departamento de Loreto, donde tan solo el 12 % de la población tiene al menos secundaria completa. A diferencia de los distritos de Llipa (Áncash) y Estique-Pampa (Tacna), donde el 91.74 % y 90.13 % tiene dicho nivel educativo.
Desde otro punto de vista, en los diez distritos de la sierra norte y centro, principalmente en los departamentos de la Libertad, Ancash y Ayacucho, la población tiene un promedio de dos años de educación, mientras que en el distrito de La Molina se extiende a 14.70 años, seguido de los distritos limeños de Miraflores, San Isidro y San Borja y Yanahuara (Arequipa) con alrededor de 14 años.
Por otro lado, el reporte explica que el nivel de vida digno se mide a través del ingreso familiar per cápita mensual. En ese sentido, el distrito con el más alto nivel de vida es Lince, con un ingreso de S/ 2037 mensuales por cada miembro de la familia, y los distritos menos favorecidos en el ranking son Achaya (Puno) y Lagunas (Piura) con S/ 51 mensuales por cada integrante, aproximadamente.
“Esto significa que hay distritos que tienen ingresos per cápita 40 veces menor que los que tienen ingresos más altos en Lima. Por otro lado, los distritos de menores ingresos logran cubrir apenas el 14.4 % de una canasta básica. En cambio, en los del límite superior, son capaces de costear aproximadamente seis canastas. Así, el 31.2 % de los distritos cuenta con un ingreso promedio inferior al costo de una canasta, y el 36.7 % no podría cubrir más de una”, detalla Ames.
Desde el punto de vista macrorregional, las diferencias de ingresos también son muy altas dentro de cada una de ellas. Sin embargo, el reporte da cuenta de una mayor concentración hacia niveles inferiores en todos los casos, a excepción de la macrorregión Lima, la cual muestra la mayor dispersión, pues allí conviven distritos rurales de la región Lima Provincias en contraste con distritos de la zona central de Lima Metropolitana.
“Parecemos varios países dentro de una misma institucionalidad. El reto que debemos enfrentar en inversión social es el más grande y complejo. Ante una coyuntura de menores recursos fiscales, requerimos tener la capacidad de articular creativamente la cocreación y codiseño de soluciones con mayor eficacia y eficiencia. Si la modernización de la gestión pública iba lenta, las mayores brechas pospandemia nos obligan a, incluso, repensarla como un esfuerzo colectivo”.
Marcel Ramírez, economista de la Escuela de Gestión Pública de la UP. Precisamente, el Reporte del Índice de Desarrollo Humano Distrital (IDH) del Perú 2019 es una herramienta para planificar ese camino.