- El estudio, que encuestó a más de mil personas en Argentina, México, Colombia, Perú, Chile y Venezuela, reveló que el 45% de los usuarios emplea la IA con frecuencia, mientras que un 35% lo hace de manera ocasional.
Según la firma de ciberseguridad ESET, el 80% de los usuarios latinoamericanos interactúan con la IA de distintas formas pero más del 50% no verifica si la información recibida es verdadera o no. Esta falta de contrastación plantea riesgos significativos.
“En Perú, el 72% de los jóvenes universitarios ya ha usado la IA en sus estudios, pero solo el 38% reconoce aplicar filtros o validar la información que recibe. Este desfase evidencia que la adopción avanza más rápido que la educación digital crítica”, advirtió Patricia Paulet, subdirectora de las facultades de Ingeniería y Tecnología de IDAT.
El estudio, que encuestó a más de mil personas en Argentina, México, Colombia, Perú, Chile y Venezuela, reveló que el 45% de los usuarios emplea la IA con frecuencia, mientras que un 35% lo hace de manera ocasional. Pese a su popularidad, el 14% admite que nunca verifica lo que recibe y el 39% lo hace solo algunas veces, incluso cuando se trata de temas sensibles como salud, finanzas o trámites legales.
Confianza excesiva, un riesgo latente
El informe advierte que esta dependencia sin verificación abre la puerta a vulnerabilidades como los llamados prompt injection, ataques en los que los ciberdelincuentes manipulan las respuestas de los sistemas de IA. Estos riesgos se agravan cuando se comparten datos personales en chats o formularios de estas plataformas.
“El 65% de los encuestados teme ser víctima de fraudes digitales asociados al uso de IA, y un 47% muestra preocupación por la propagación de noticias falsas y deepfakes. Sin una cultura de verificación, estas amenazas podrían crecer aún más en los próximos años”, indica Paulet.
Aceptación positiva en la IA
Pese a las advertencias, la percepción de la IA sigue siendo optimista: el 80% de los encuestados cree que su impacto será beneficioso, aunque un 43% reconoce que traerá riesgos importantes. Entre las principales inquietudes figuran la pérdida de privacidad por recolección de datos (45%) y la manipulación de información en entornos digitales.
El uso de la IA, subrayan los especialistas, seguirá expandiéndose. Sin embargo, su futuro dependerá en gran medida de la responsabilidad con la que se emplee.